Que la tristeza no sea unida nunca a nuestro nombre”
Los invitamos a pensar en conjunto ¿Por qué un libro o una canción puede ser peligrosos?.
Tal vez porque invita a soñar, a imaginar, a crear y a pensar que las cosas pueden ser distintas.
Por eso no prohibieron todos los libros y canciones. Prohibieron algunas, las que permiten imaginar un mundo diferente, las que convocan a reunirse y pelear para que no haya más injusticias. Pero a pesar de que los prohibieron, muchos valientes se negaron a guardarlos o a quemarlos. Y los siguieron leyendo y prestando para que otros los lean.
En nuestra biblioteca podés encontrar...
- Schujer, Silvia "La caída de Porquesí, el malvado Emperador" En Cuentos y Chiventos (Libros del Malabarista).
- Devetach, Laura "La planta de Bartolo" En La torre de Cubos. Ed. Colihue (Libros del Malabarista ).
- Roldán, Gustavo "Un Monte para vivir" En Cada cual se divierte como puede (Libros del Malabarista Nº 29).
- Borneman, Elsa "El caso Gaspar" y "El año verde" En Un elefante ocupa mucho espacio. Editorial Alfaguara .
- Skármeta, Antonio "La composición"
- Soriano, Osvaldo "El negro de París" Orientaciones para el alumno y docente.(Plan Plurianual)
En ellos hallaremos las sinrazones de la Dictadura y los sueños que vinieron a silenciar.
La importancia de la literatura radica en su posibilidad de expresar nociones universales bajo las más bellas formas de la síntesis.
Por eso queremos compartir contigo y tu familia este bello texto de nuestro querido escritor uruguayo. No te lo pierdas y escribinos, nos interesa tu opinión
Pájaros prohibidos
Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.
Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel.
Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el dibujo pasa. Didaskó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas.
– ¿Son naranjas? ¿Qué frutas son?
La niña lo hace callar:
– Ssshhhhh.
Y en secreto le explica:
– Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.
Eduardo Galeano.
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